Si pese a la omnipresente crisis hemos sido capaces de comprar una vivienda, lo cierto es que hasta que no la ocupamos e incluso la «vivimos» unas semanas, no podemos estar tranquilos. Lo que en apariencia ha sido una buena inversión puede tornarse en pesadilla si comenzamos a encontrar defectos de construcción.
El promotor es el máximo responsable, responderá de los defectos.
Como si rascáramos sobre una brillante capa de pintura, solo cuando hacemos vida en la casa, pueden empezar a aparecer sus defectos: manchas de humedad, grietas en los cimientos, puertas que no cierran bien, fallos estructurales y un largo etcétera.
Si es el caso, pasado el susto y el cabreo hay que tranquilizarse y saber actuar. Es importante contar con la actuación de un perito o técnico especializado en patología, tras descubrir las averías, si se desea que el promotor responda, conviene investigar los plazos de reclamación, contar con la opinión de un profesional independiente y cuidar que las gestiones se realicen por escrito.
Amparados por la ley
En caso de desperfectos en una vivienda nueva, la legislación ampara al propietario. Éste es el primer aspecto que se debe saber. La Ley de Ordenación de la Edificación regula los derechos y obligaciones ligados a la vivienda nueva, establece qué profesionales intervienen en la construcción y cuáles son las responsabilidades de cada uno en caso de que algo vaya mal.
El documento distingue tres grupos de defectos, ordenados en función de su gravedad, y especifica cuáles son los plazos de garantía para presentar una reclamación según el caso. Ahora bien, ¿ante quién corresponde quejarse y cuál es el procedimiento más eficaz para hacerlo?
Del papel a los hechos
Ante todo debemos tener presente que el promotor de la obra es el máximo responsable. Su papel es crucial en todo el proceso de edificación y, por tanto, es la persona que debe responder ante los problemas de construcción del edificio. Cualquier queja o reclamación que se haga debe llegar, en primer lugar, a sus manos. Pero que sea el máximo responsable no significa que sea el único. En la construcción de una vivienda intervienen muchos otros profesionales y empresas.
Las grietas, ruidos o filtraciones pueden ser indicio de un problema más grave. Cuando se detecta un desperfecto, además de notificarlo al promotor, es conveniente reclamar también ante el profesional responsable del fallo: si el problema está en los cristales, hay que cursar una queja ante la empresa que se encargó de ponerlos. En caso de duda, el promotor de la obra puede informar de modo detallado acerca de quién se encargó de qué.
En todos los casos, el propietario de la vivienda dispone de dos años para reclamar por ella. De esta manera, si al año y medio de estrenar el piso descubre una filtración de agua desde el exterior, tendrá un plazo de 24 meses para reclamar la reparación, aunque el plazo de la garantía haya vencido.
Contar con la opinión y el asesoramiento de un experto independiente, ajeno a la obra, es crucial. Aunque los peritos industriales y los ingenieros ofrecen estos servicios, los profesionales idóneos son los arquitectos y arquitectos técnicos. Sólo ellos pueden evaluar con rigor la complejidad del defecto y su alcance, e informar de qué ocurre al propietario. Las grietas en una pared, la insonorización deficiente o las filtraciones de humedad pueden ser indicio de un problema más grave.